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La segunda guerra mundial termino cuando se rindio el Japon que era el unico pais del EJE que aun combatia a los aliados, debido al lanzamiento de dos bombas atomicas en su territorio, con mas exactitud sobre Hiroshima y Nagasaki, con lo cual decidieron que la rendicion evitaria que se arrasara otra ciudad, dicha rendicion fue firmada en el acorazado Missouri en la bahia de Tokyo el 2 de septiembre de 1945.
Para el conjunto del conflicto de 1939-1945, tanto en Europa como en Asia, las cifras de pérdidas humanas son impresionante, las mayores que una guerra haya producido en toda la historia. En total se calculan 55 millones, 25 millones de cuales era militares y el resto civiles, sin contar 5 millones de judíos asesinado en el Holocausto ocasionado por los Nazis. Pero esto es sólo una estimación aproximada , las destrucciones de registros civiles por bombardeos aéreos, la confusión provocada por los traslados de población –que imposibilita distinguir entre fallecido y desaparecidos- y la pérdida de parte de la documentación han impedido un mayor acercamiento a la cifra real de los muertos.
Pérdidas materiales y financieras: El panorama de las destrucciones materiales era también desolador; numerosas viviendas y otras construcciones fueron destruidas. Las comunicaciones (puertos, ferrocarriles, puentes y viaductos) y las grandes ciudades sufrieron los daños mayores. Alemania perdió 20% de sus viviendas y Gran Bretaña 9%, a causa de los bombardeos que afectaron también numerosas fábricas. En Francia, Italia y Alemania, aparte de ciertos sectores como el de la siderurgia, las instalaciones industriales habían sufrido menores daños; en las naciones de tradición industrial lo que impediría la recuperación sería la falta de materias primas y recursos financieros.
Pero fue en la Europa oriental donde las destrucciones alcanzaron mayor magnitud: en la Unión Soviética 17.000 ciudades y 70.000 pueblos fueron arrasados y, en conjunto, este país perdió más de 20% de su potencial industrial e incalculables daños en la agricultura y la ganadería. Polonia quedó arruinada, casi no quedaba edificio en pie, había perdido más de un tercio de su capacidad de producción y se encontraba al borde de la hambruna. En Yugoslavia, pueblos y campos quedaron destruidos y el país había perdido aproximadamente 38% de su capacidad productiva.
En el aspecto financiero, los gastos de guerra y las muy pesadas exacciones monetarias impuestas por los alemanes en los países ocupados, particularmente en Francia, agravaron el déficit presupuestario y desencadenaron la inflación. Además, al finalizar la guerra apareció una gran masa de billetes atesorados durante el conflicto, cuya puesta en circulación constituyó otro factor inflacionario. Todo esto hacía inevitables las devaluaciones de las monedas, sobre todo en los países menos desarrollados como Hungría y Grecia.
Efectos psicológicos y morales: Aparte de las destrucciones materiales y los desplazamientos de población, la guerra trajo consigo la ruina psicológica y moral, ocasionada por varios motivos: la utilización sistemática de la tortura por la Gestapo, la dominación de dictaduras militares y policíacas, la acentuación de los antagonismos de clases, la lucha enconada entre colaboracionistas y miembros de la resistencia. Otro elemento negativo en este sentido fue la creación de hábitos de violencia y pillaje que trastornaron incluso el orden interno en países que antes se habían destacado por el respeto a las leyes y a los derechos individuales.
Pero el extremo de la ruina moral y psicológica estaba en los campos de exterminio nazis, descubiertos tras la derrota alemana y la liberación de las naciones ocupadas. Se trataba de campos de concentración donde se llevaban a cabo los increíbles programas de exterminio del régimen nazi, “fábricas de la muerte” en las que se intentó la “solución final del problema judío” y se eliminaba también a los opositores políticos del nazismo, al tiempo que se ensayaban experimentos de esterilización y de eliminación de personas con defectos físicos o retraso mental, con miras a alcanzar la "pureza étnica” preconizada por las filosofías racistas alemanas.
Aparte de la terrible huella dejada en los supervivientes de los campos de concentración, el conocimiento de aquellas atrocidades provocó un verdadero trauma moral en la conciencia humana ante el hecho inexplicable e injustificable de que una barbarie tal se hubiera podido desarrollar en el mundo civilizado del siglo XX. Pero la humanidad todavía había de presenciar azorada otra barbarie más cuando, en el mes de agosto siguiente, las bombas atómicas estadounidenses convirtieron en un verdadero infierno las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, provocando en ambas la muerte instantánea de cerca de 120 000 personas civiles y dejando una espantosa secuela de radiación nuclear que continuaría cobrando víctimas mortales por muchos años más.
La Segunda Guerra Mundial surgió en función del enfrentamiento entre ideologías que amparaban sistemas político—económicos opuestos. A diferencia de la guerra anterior, enmarcada en un solo sistema predominante —el liberalismo capitalista, común a los dos bandos—, en el segundo conflicto mundial se enfrentaron tres ideologías contrarias: el liberalismo democrático, el nazi—fascismo y el comunismo soviético. Estos dos últimos sistemas, no obstante ser contrarios entre sí, tenían en común la organización del Estado fuerte y totalitario y el culto a la personalidad de un líder carismático, características opuestas al liberalismo que postula la democracia como forma de gobierno y la libertad e igualdad de los individuos como forma de sociedad.
Tambien estaban los problemas étnicos que, presentes desde siglos atrás, se fueron haciendo más graves al llevarse a efecto las modificaciones fronterizas creadas por el Tratado de Versalles, que afectaron negativamente sobre todo a Alemania y a Austria —naciones pobladas por germanos— y redujeron de manera considerable sus territorios. Este hecho fue determinante para difundir en esos pue bios el sentimiento de superioridad de la raza germana —identificada por Adolfo Hitler como “raza aria” de acuerdo con una idea desarrollada en la filosofía alemana del siglo XIX— frente a los grupos raciales, principalmente los judíos que controlaban la economía capitalista, y quienes, según la perspectiva de los nazis, habían dividido a los pueblos germanos e interrumpido su desarrollo económico. Por otra parte, la insistencia de Hitler por evitar el cumplimiento del Tratado de Versalles provocó diferentes reacciones entre los países vencedores: Francia, que temía una nueva agresión de Alemania, quería evitar a toda costa que resurgiera el poderío bélico de la nación vecina. En cambio, el gobierno británico y el de Estados Unidos subestimaban el peligro que el rearme alemán representaba para la seguridad colectiva; consideraban que el Tratado de Versalles había sido demasiado injusto, y veían con simpatía la tendencia anticomunista adoptada por la Alemania nazi, porque podría significar una barrera capaz de detener el expansionismo soviético hacia Europa, calificado entonces por las democracias occidentales como un peligro mayor y mucho más grave que el propio nazismo. A causa de ese temor al comunismo, el gobierno británico adoptó una política de “apaciguamiento” respecto al expansionismo alemán, bajo la idea de que al hacer concesiones a Hitler podría evitarse una nueva guerra y se obtendría, además, su colaboración contra el peligro soviético.
en la década de los años treinta la situación del mundo era muy distinta a la de 1914. Aparte de los trastornos ocasionados por la crisis económica iniciada en Estados Unidos, aún persistían los efectos devastadores de la Primera Guerra Mundial, que había producido una enorme transformación en todos los ámbitos de la vida humana y originado grandes crisis en prácticamente todos los países de la Tierra. Además, la secuela de tensiones internacionales que ese conflicto produjo, preparaban el camino para una nueva guerra, no obstante los intentos de la Sociedad de Naciones por evitarla. Por esta razón, puede decirse que la Segunda Guerra Mundial se originó directamente de la Primera; de ahí que ambos conflictos, enlazados por el periodo de entreguerras, constituyan lo que se considera como la “Segunda Guerra de los Treinta Años” en la historia moderna de la humanidad.
HISTORIA: La gran guerra que estalló en 1939 fue el segundo conflicto que, iniciado en Europa, llegó a convertirse en una “guerra total”, porque directamente incluyó a países de otros continentes e influyó indirectamente en los aspectos políticos, sociales y económicos en el resto del mundo, de manera similar como sucediera con el enfrentamiento armado de 1914. Pero a diferencia de éste, la Segunda Guerra Mundial lite un conflicto de escala mucho más grande y de mayor duración, que se propagó a territorios más extensos y llegó a ser más cruel e implacable. En su origen, aparte de la rivalidad internacional inherente a todo conflicto de esta naturaleza, intervinieron otros factores relacionados con los eventos ocurridos en el mundo durante los veinte años del periodo de entreguerras.
ATTE.Sikariios